Hablan dos amigos en Casa Presidencial, uno le dice a otro: “Permíteme decirte, ente todo, en qué condiciones esenciales puede hoy el Presidente consolidar su poder. Deberá en primer término dedicarse a destruir los partidos, a disolver, donde quiera existan, las fuerzas colectivas, a paralizar en todas sus manifestaciones la iniciativa individual… todas mis leyes tenderían constantemente al mismo fin: aniquilar las fuerzas colectivas e individuales, desarrollar en forma desmesurada la prepotencia del Estado, convertir al presidente en protector, promotor y remunerador”. “¿Cómo vas a lograr esto?”, “pues bien, vislumbro la posibilidad de neutralizar a la prensa por medio de la prensa misma. Puesto que el periodismo es una fuerza tan poderosa, ¿sabes lo que hará mi gobierno?, se hará periodista, será la encarnación del periodismo. Contaré con el número de periódicos o periodistas que representen los que llaman la oposición. Si hay diez por la oposición, tendré veinte a mi favor; si vein...
Discutamos sobre la libertad individual y qué la amenaza.