Hay un humanoide mutante, el
socialista, un individuo que parece un ser humano normal, que camina erecto, con
pulgares oponibles, que mira en tres dimensiones, con un cerebro de tamaño y de
aspecto normal a simple vista, que hace diariamente lo que normalmente hace un
ser humano. Pero en realidad no es igual a los seres humanos, son una especie
aparte y mimetizada como tales.
Un socialista cree que está para
dar un “salto” en la evolución y al idealismo, ellos ven que esta es su misión,
pero ni ellos saben qué salto o que ideal.
Los hay de varios olores y quizá
varios sabores, los hay quienes aceptan ser socialista y otros que se creen
inclusive mejores que estos, son una nueva especie derivada de una nueva
especie.
El socialista, el de siempre y el
renovado, cree que es el fundador de una nueva humanidad, para él el resto de
valores y principios no existen, cierran los ojos ante cualquier prueba que el
socialismo no funciona. Cierran los ojos y se lanzan a una especie de vacío
socialista suponiendo que tienen alas que solo están en su imaginación y sus
ideales, pero, como cosa increíble, y quizá por razones culturales de nuestra
región, si logran desplegar esas alas imaginarias, cuyas plumas están pegadas
por una cera muy particular llamada populismo, y mucha gente cree en ellos. No
entienden que las alas pegadas con promesas y sueños imposibles son como las de
Ícaro, están pegadas con cera, por lo que están predestinadas a ser destruidas
irremediablemente ante el calor del sol de la realidad.
El socialista todo lo resuelven con
propaganda, con aparentes buenas intenciones, regalando sueños y cuando los
comienza a golpear la realidad no aceptan ni réplicas ni fractura alguna, no puede
haber crítica, ante la realidad, no responde corrigiendo, simplemente responde
de manera totalitaria y violenta.
Para este extraño mutante humanoide
las ideas se sobreponen a la realidad y las consignas a los hechos, no le
importa que el cambio viene, el cual sigue viniendo, y viniendo, y viniendo,
pero nunca llega; no importa que ahora si lo van a hacer bien, no importa que sus
ideas nuevas sean tan viejas como la humanidad, no importa que las cosas no
salgan como ellos quieren, simplemente en algún momento de la historia deberán
dar resultados.
El absolutismo del socialista no le
permite dudar, sus ideas son absolutas, no sabe de Einstein pues lo único
relativo para él son las ideas de los demás, y esas ideas solo sirven para
encender su furia justiciera. El socialista insulta al que no cree en lo mismo
que él, lo considera su enemigo mortal, cree que la única verdad es la suya y
que la realidad se equivoca, acusan a todos los demás de solo defender
intereses, no entiende que cada uno tiene sus propios intereses. El socialista
es como aquel mal vecino que se mete en todo, que todo lo arruina y nunca nos
deja en paz.
El socialista todos los problemas
los resuelve en su cabeza, y sus soluciones son perfectas, y el que no entienda
esto merece morir de cualquier manera, al menos civilmente.
El socialista también es mentiroso,
miente con la historia, miente con los hechos, miente ante la realidad, miente
para hacer soñar a los demás, mienten para que veamos la realidad como él
quiere que la veamos, miente por mentir y porque ignorando la naturaleza de las
cosas y lo hechos, quieren obligarnos a ser buenos según su criterio y aún a
costa de nuestro propio daño.
¿Este humanoide mutante es
inteligente? La respuesta es afirmativa, si son inteligentes, pero por medio de
una especie de hechizo logran unir inteligencia con estupidez y destrucción, es
como si hubiera compartimientos dentro de su cerebro, y que lo que ocurre en
uno de esos no puede ser conocidos por los demás, esto lo lleva a tener
desvaríos, a encontrar culpables, a ser contradictorio.
El socialista cree que ganar una
elección les habilita para realizar cualquier experimento social, olvidando que
únicamente se le ha dado un mandato para gobernar, pero es incapaz de entender
que gobernar significa respetar, y defender los derechos de los demás, y si
alguien se lo recuerda, se enfurece y llega fácilmente a la violencia y al
insulto.
Eso sí, el socialista es ingenioso
casi ilimitadamente, pero también es ilimitado en el sentido contrario al
ingenio.
Algún día este humanoide será
expuesto en algún museo de ciencias naturales, o en algún circo, pero por
supuesto, por hoy no hay risas, debido a que ante el socialismo con las alas
pegadas con la cera de la ilusión llamada populismo y de las ideas antiguas que
disfrazan de nuevas, se está haciendo peligrar la hacienda y las libertades de
la población.
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