La mente es denominada por el hambre y de esa forma es que los seres humanos se convierten en sumisos.
La economía salvadoreña tiene un enorme potencial, últimamente ha pasado momentos difíciles, pero no es la primera vez que esto ocurra, y siempre ha superado los escollos.
Ahora, debido a las políticas económicas y hacendarias se está viendo un encarecimiento de los artículos de consumo en las tiendas y supermercados y algunas empresas no salen de su problemática, etc.
Esto no se debe a una falta de gerencia o de planificación del Estado. Todo lo contrario, tiene que ver con la dialéctica del Estado socialista, que necesita ahogar las libertades económicas para restringir poco a poco las libertades políticas.
Lo que vemos como la incapacidad del gobierno es lo que los estrategas del gobierno buscan, es verdadero, y por eso es que se han nombrado a estos funcionarios incapaces, es por eso que se puede explicar un apagón que afectó a tres países; es por eso que se quiere quitar el subsidio al gas propano, para aumentar su costo para la mayoría de la población y que hará que la gente regrese al carbón o la leña para cocinar.
El plan es claro, dominar al pueblo desde el estómago. Es la mejor forma de transformarlo en esclavos, como lo hicieron en la Cortina de Hierro, en el Asia comunista, en Cuba, etc..
Controlando los estómagos, luego controlarán las mentes, eso no falla, es lo que se conoce como la planificación central de la que tanto se habla en el plan quinquenal 2009 – 2014. Al final lo que se busca es el socialismo, no importa de qué siglo.
Estos estrategas políticos, muy buenos porque casi engañan a todo el mundo, han logrado casi controlar a la Asamblea Legislativa, tienen allegados en la Corte Suprema de Justicia, controlan a la Fuerza Armada en principio de su disciplina y obediencia al poder civil y están tratando de controlar a la Corte de Cuentas, a la Fiscalía General de la República, al Consejo Nacional de la Judicatura, a la defensoría de los Derechos Humanos, al padrón electoral, etc.
Hasta ahora, el único que se ha declarado socialista es el FMLN, partido al que pertenece el Presidente de la República, y son los ministros de este partido que buscan controlar las importaciones de medicamentos y en un futuro los alimentos. Están dando los pasos necesarios para crear nuevas organizaciones sindicales afines a su partido político. Buscan eliminar al sistema privado de salud y de educación por otros sistemas totalmente ideologizados e importados desde Cuba y Venezuela, lo cual creen que pueden hacerlo por simple decreto ejecutivo.
Eso sí, el sistema bancario, así como las grandes transnacionales seguirán seguras, por ahora, no son tontos, saben que los bancos les sirven a los propósitos. Además, el gran capital no tiene ni patria ni ideología. Mientras sean útiles, se utilizarán mutuamente, es una excelente simbiosis mientras dure. Eso explica la cantidad de préstamos que se están aprobando y ofreciendo a este gobierno.
El FMLN habla de socialismo y sin embargo, como ejemplo, las transnacionales de las comunicaciones siguen invirtiendo en telefonía móvil, es más, son defendidas por el mismo Presidente.
Se beneficia el capital extranjero y además estos no tendrán problemas laborales pues los sindicatos obedecerán únicamente los intereses del FMLN y estos únicamente castigarán al capital criollo, el enemigo mediato de los socialistas, a los cuales, con apartarlos progresivamente de todas las entidades como la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones, SIGET y otras, será suficiente para quitarles poder político.
No nos extrañe que en nombre de una soberanía alimentaria, se quiera controlar al pueblo por medio de los alimentos registrados a través de una cartilla de racionamiento, donde estará designado qué es lo que puede consumir una familia, y por otro lado, también en nombre de una justicia social, se va a controlar el número de camisas, pantalones, y hasta la marca de los zapatos que podrán comprar.
Pero, eso no es todo está caro.
Quieren prescribirnos una receta, que ha fracasado en todo el mundo, en la Italia fascista, en la Alemania nazi, en la España franquista, en todos los países detrás de la Cortina de Hierro, este fracaso es lo que se quiere imponer en El Salvador.
Si hay algo miserable en este mundo es destruir la dignidad de las personas, sus ansias de libertad, controlándolas por medio de los alimentos y medicinas. El programa de planificación económica del Plan Quinquenal va hacia allá y eso golpeará a la población hasta hacerlos sumisos.
La economía salvadoreña tiene un enorme potencial, últimamente ha pasado momentos difíciles, pero no es la primera vez que esto ocurra, y siempre ha superado los escollos.
Ahora, debido a las políticas económicas y hacendarias se está viendo un encarecimiento de los artículos de consumo en las tiendas y supermercados y algunas empresas no salen de su problemática, etc.
Esto no se debe a una falta de gerencia o de planificación del Estado. Todo lo contrario, tiene que ver con la dialéctica del Estado socialista, que necesita ahogar las libertades económicas para restringir poco a poco las libertades políticas.
Lo que vemos como la incapacidad del gobierno es lo que los estrategas del gobierno buscan, es verdadero, y por eso es que se han nombrado a estos funcionarios incapaces, es por eso que se puede explicar un apagón que afectó a tres países; es por eso que se quiere quitar el subsidio al gas propano, para aumentar su costo para la mayoría de la población y que hará que la gente regrese al carbón o la leña para cocinar.
El plan es claro, dominar al pueblo desde el estómago. Es la mejor forma de transformarlo en esclavos, como lo hicieron en la Cortina de Hierro, en el Asia comunista, en Cuba, etc..
Controlando los estómagos, luego controlarán las mentes, eso no falla, es lo que se conoce como la planificación central de la que tanto se habla en el plan quinquenal 2009 – 2014. Al final lo que se busca es el socialismo, no importa de qué siglo.
Estos estrategas políticos, muy buenos porque casi engañan a todo el mundo, han logrado casi controlar a la Asamblea Legislativa, tienen allegados en la Corte Suprema de Justicia, controlan a la Fuerza Armada en principio de su disciplina y obediencia al poder civil y están tratando de controlar a la Corte de Cuentas, a la Fiscalía General de la República, al Consejo Nacional de la Judicatura, a la defensoría de los Derechos Humanos, al padrón electoral, etc.
Hasta ahora, el único que se ha declarado socialista es el FMLN, partido al que pertenece el Presidente de la República, y son los ministros de este partido que buscan controlar las importaciones de medicamentos y en un futuro los alimentos. Están dando los pasos necesarios para crear nuevas organizaciones sindicales afines a su partido político. Buscan eliminar al sistema privado de salud y de educación por otros sistemas totalmente ideologizados e importados desde Cuba y Venezuela, lo cual creen que pueden hacerlo por simple decreto ejecutivo.
Eso sí, el sistema bancario, así como las grandes transnacionales seguirán seguras, por ahora, no son tontos, saben que los bancos les sirven a los propósitos. Además, el gran capital no tiene ni patria ni ideología. Mientras sean útiles, se utilizarán mutuamente, es una excelente simbiosis mientras dure. Eso explica la cantidad de préstamos que se están aprobando y ofreciendo a este gobierno.
El FMLN habla de socialismo y sin embargo, como ejemplo, las transnacionales de las comunicaciones siguen invirtiendo en telefonía móvil, es más, son defendidas por el mismo Presidente.
Se beneficia el capital extranjero y además estos no tendrán problemas laborales pues los sindicatos obedecerán únicamente los intereses del FMLN y estos únicamente castigarán al capital criollo, el enemigo mediato de los socialistas, a los cuales, con apartarlos progresivamente de todas las entidades como la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones, SIGET y otras, será suficiente para quitarles poder político.
No nos extrañe que en nombre de una soberanía alimentaria, se quiera controlar al pueblo por medio de los alimentos registrados a través de una cartilla de racionamiento, donde estará designado qué es lo que puede consumir una familia, y por otro lado, también en nombre de una justicia social, se va a controlar el número de camisas, pantalones, y hasta la marca de los zapatos que podrán comprar.
Pero, eso no es todo está caro.
Quieren prescribirnos una receta, que ha fracasado en todo el mundo, en la Italia fascista, en la Alemania nazi, en la España franquista, en todos los países detrás de la Cortina de Hierro, este fracaso es lo que se quiere imponer en El Salvador.
Si hay algo miserable en este mundo es destruir la dignidad de las personas, sus ansias de libertad, controlándolas por medio de los alimentos y medicinas. El programa de planificación económica del Plan Quinquenal va hacia allá y eso golpeará a la población hasta hacerlos sumisos.
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