La “mancha brava” conformada por el fmln, GANA y PCN, reformaron el jueves 7 de enero de 2013 la Ley de Acceso a la Información Pública. Lo que hizo esta “mancha brava” fue quitarnos un derecho a los ciudadanos y evitan que los funcionarios cumplan un deber. Le han restado a la democracia representativa y han abierto una brecha para la corrupción.
Es notable como todos estamos interesados por la transparencia en las funciones públicas, unos para que exista y otros para que no, pero todos hablan de transparencia, los políticos, periodistas, empresarios, organizaciones de la sociedad civil como Aliados por la Democracia, profesionales, en las redes sociales, etc. Pero ¿entendemos qué es transparencia?
Cuando se habla de trasparencia, se habla de una particularidad física de los objetos, de una cualidad de los mismos que permite que la luz los atraviese y se pueda ver a través de ellos. Cuando nos referimos a una persona u organización como el gobierno, es un adjetivo calificativo, una persona, organización o gobierno es transparente cuando se considera franco o abierto en sus acciones y actitudes, que se muestra tal como es y que nada oculta.
La transparencia es un atributo o cualidad permite que obtengamos información clara y precisa sobre algo o alguien, esto permite que se aumenten nuestras capacidades de comprensión, vigilancia y comunicación.
En realidad, la transparencia de la que se habla hoy en día es la transparencia gubernamental, la que permite que puedan conocerse las razones de todas y cada una de las decisiones gubernamentales, así como los costos y recursos que se comprometen en su realización.
El concepto de transparencia en lo público, en el gobierno se origina en Europa, durante la Ilustración. Uno de los pensadores de la época, el inglés Jeremy Bentham (1748-1832), logró delinear, desde varios aspectos, una idea metódica en torno a lo que él llamó “publicidad”.
Bentham entendió como publicidad a lo que ahora entendemos como transparencia. En su Essay on political tactics, publicado en 1791, Bentham argumenta que la publicidad da al ámbito gubernamental cuatro beneficios esenciales: El primero es que se brinda a la sociedad un recurso para vigilar las gestiones de los funcionarios del gobierno y con ello, descubrir la probabilidad de que se consumen actos de corrupción. Un funcionario vigilado se pone límites a sí mismo. La transparencia gubernamental frena la corrupción.
El segundo, es que fortalece la confianza de los ciudadanos y favorece su aprobación a las decisiones y acciones del gobierno. Al ser públicas las acciones del gobierno según Bentham, los ciudadanos “le devuelve duplicada al gobierno la confianza que éste muestra”. Cuando el gobierno cuenta con la confianza y la aprobación de los gobernados, este tiende a ser un gobierno fuerte y estable. Esta es la verdadera fuente de la gobernabilidad.
En tercer lugar, la publicidad o transparencia gubernamental habilitan a las personas interesadas en los asuntos públicos a contar con información relevante, significativa y al estar mejor informados, los ciudadanos puedan razonar su voto de manera adecuada, de lo contrario, los votantes están condenados a ejercer el sufragio “sin saber por qué y guiados por la casualidad o el antojo”, dice Bentham. A mayor interés de los ciudadanos por conocer la gestión de los gobernantes, más les interesará también a los gobernantes conocer lo que los ciudadanos quieren.
Finalmente, al transparentarse, el gobierno transfiere a la sociedad una gran cantidad de información sobre sus funcionamientos y actividades, creando la posibilidad de que la misma sociedad, después de conocer y analizar la información que recibió, exprese opiniones y recomendaciones. Un pueblo bien informado participa más y con mayor fundamento.
También el filósofo y economista inglés John Stuart Mill (1806-1873) defendió la importancia de la transparencia como un importante atributo a los gobiernos representativos, pues una de las ventajas de esta forma de gobierno es que debe contar con la amplia participación de los ciudadanos en los asuntos administrativos del Estado.
La transparencia no sólo es un ideal, sino una obligación de las autoridades y un derecho de todos, es el mecanismo que utiliza la sociedad para seguir más de cerca las acciones y decisiones del gobierno brindándole la oportunidad no sólo de conocerlas, sino también de evaluarlas. Todos tenemos el derecho a saber. La responsabilidad de informarnos es nuestra.
Está dicho “POR SUS OBRAS LOS CONOCEREIS”, lo dijo nuestro Señor Jesucristo para que pudiéramos diferenciar entre los buenos y los falsos profetas. Ahora podemos utilizarlo para conocer los buenos y malos gobernantes.
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