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Pérdida de los Principios y el surgimiento de los Antiprincipios


Los principios son el conjunto de valores, creencias y normas, que orientan y regulan la vida de las personas, los Estados o las organizaciones. Soportan la visión, la misión, la estrategia y los objetivos estratégicos. Los principios se manifiestan y se hacen realidad en la cultura, en nuestra forma de ser, pensar y conducirnos.
El peor problema de El Salvador es la pérdida de Principios, ahora no hay frenos y los objetivos se obtienen de cualquier forma, mientras más fácil, mejor.
Las causas que nos ha llevado a estas circunstancias son muchas, la educación tiene mucho que ver, los sectores que quieren hacer lo que quieren siempre, y si no lo logran, lo buscan por la fuerza.
Unos manipulan los Poderes políticos y económicos y otros amenazan con “irse a las montañas” como ya lo hicieron, a estos nos vamos a referir.
Estos son los que pregonan que los pobres son buenos y víctimas, y que los ricos son malos y generadores de pobreza, por lo que se deben atacar y quitar sus bienes, por eso y por muchas otras cosas es que hemos perdido algunos Principios.
El gobierno en turno, afirmando que es gobierno de mayorías, irrespeta a las minorías, las libertades y los derechos individuales, con lo que origina exclusión, segregación, marginación y discriminación a aquellos que no consideran parte de lo que ellos consideran “sus” mayorías.
Surgen grupos antisociales que se organizan, conquistan territorios donde delinquen a mansalva, aterrorizan a la población e imponen impuestos que denominan “renta” creando un pseudoestado dentro del Estado. Son las pandillas o maras.
En la Asamblea Legislativa, por mantener prebendas, salir en las fotos, resolver problemas financieros, por venganzas o simplemente por ganar dinero, hay amaños que no pueden ser castigados por un mal interpretado fuero.
El gobierno despilfarra los dineros públicos y lo llama “inversión” a pesar de no dar réditos por cómo se hace. También el gobierno abandona a los ciudadanos porque apoyarlos es muy caro y para darles seguridad no hay dinero, solo hay para lo que les puede dar réditos electorales. Por eso estimula y propaga pseudopolíticas que no dan seguridad, pero mejoran las estadísticas.
Hay quienes en el sector económico no entienden que la economía debe superar al capitalismo a raja tabla, el capitalismo del siglo XIX, y no quieren entrar al siglo XXI, donde el capitalismo para que genere riqueza debe pagar digna y suficientemente a los trabajadores; debe permitir un sindicalismo y un gremialismo que proteja a los grandes pilares de la economía, al empresario y al trabajador; debe hacer obra social para apoyar a quienes no han podido explotar las oportunidades; debe pagar puntual y cabalmente sus impuestos. Son quienes hacen amaños también en el sector económico.
En el fútbol, los que nos representan en las canchas y generan sueños y emociones que nos unen, hacen amaños, esto es, utilizando maña, consiguen dineros perdiendo los partidos adrede, sin importarles la desilusión de todo un pueblo, y es que en este tema si se puede hablar de pueblo, de todos.
Al perderse los principios, surge la “animalada”, si se tiene Poder y no se usa es porque es tonto, porque las cosas se hacen porque se pueden, no porque se deben; si llega a altos puestos y no se compone financieramente, es tonto; si no copia en los exámenes, es tonto; si les ofrecen dinero para perder partidos de fútbol y no lo aceptan, son tontos; si somos incorruptibles, somos tontos; si no hacemos las cosas más fáciles, somos tontos; si hacemos un buen trabajo por, a nuestro juicio, el mal salario que nos pagan, somos tontos;… Estos son los nuevos Principios, o mejor, los Anti Principios.
Hemos olvidado que nuestros Principios siempre han sido el amor a Dios, el trabajo, la solidaridad, la igualdad, la paz, la libertad, la democracia, el amor a la patria, la honradez, la educación y todos aquellos principios que pueden hacer, de una Patria pequeña, una Nación grande.

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