El fraude electoral, consiste en una o más maniobras
engañosas para lograr cambiar el resultado que se hubieran tenido los comicios
sin esas intervenciones ilícitas. Es un delito con fines políticos y en contra
de la democracia.
El llenado de urnas es cosas del pasado y la “rueda de
caballitos” es tan difícil hacerla que no logra los votos necesarios para ganar
elecciones, pero aun así lo hacen, ponen vigilantes que votan en una urna y se
van a votar a la que le toca.
Surge entonces el fraude por cambio de domicilio. Personas
en domicilios donde un partido está muy seguro, cambia de domicilio para aumentar
los votantes de ese partido donde sabe tiene dificultades. En otras palabras,
se movilizan con suficiente tiempo, a personas de un lugar a otro, de un
municipio a otro, no físicamente, sino que cambiando su domicilio en el
Documentos Único de Identidad, para aventajar elecciones que se consideran que
serán muy reñidas.
Para ponernos en contexto, en El Salvador hay dos escrutinios
electorales, el escrutinio preliminar y el escrutinio definitivo. El primero se
desarrolla al cierre de las urnas y se fundamenta en el recuento directo de los
votos. El segundo escrutinio, el definitivo, se hace fundamentado en las actas,
pero no considera la posibilidad que las actas no cumplan con lo necesario para
ser válidas, es decir, que existan anormalidades en estas que ponen en
entredicho la voluntad del electorado.
Resulta que los genios del fraude también han revisado las
leyes electorales y han descubierto dos figuras y un vacío, el voto nulo, el
voto impugnado y la revisión de urnas.
El voto nulo es aquel que no cumple con las características
necesarias para convertirlo en un voto válido y aprovechando el cansancio, la
poca preparación o el poco espíritu de defender el voto de algunas personas de
otros partidos, por cualquier excusa, anulan gran cantidad de votos de los
partidos contrarios sin considerar si es clara o no la voluntad del votante. Si
no pueden anularlos, los impugnan.
Voto impugnado es aquel que se ha querido ser anulado y por
la protesta del partido afectado se convierte en un voto en discusión. Esta figura
del voto no debería existir porque irrespeta la voluntad de votante, pues con
que el voto se convierta en impugnado deja de contar y únicamente es útil para
revisar urnas cuando la cantidad de votos impugnados pueden cambiar el
resultado de la elección, lo que raramente ocurre. Además, hay otros factores
que deberán, de manera obligada, permitir abrir las urnas para su revisión.
Aquí está el vacío, nuestro Código Electoral no contempla
qué es lo que ocurre cuando el acta de la Junta Receptora de Votos que surgió
en el recuento inicial presenta anomalías. Lo lógico, sería que esa urna en
particular fuera revisada, única manera de conocer la voluntad de los votantes.
Esa urna en particular únicamente sería abierta para subsanar los errores del
acta, y así poder continuar con un recuento definitivo confiable, pero los
genios del fraude electoral no lo hacen así, simplemente siguen el recuento final
con los errores cometidos desde el inicio.
Esta fue la razón de por qué el fmln y GANA no quisieron
legislar cuando se generó el desbloqueo de las listas en la papeleta de
votación, lo que se llama “voto cruzado”, pues se dieron cuenta que tendrían
que revisar la situación de los votos nulos e impugnados, teniendo que permitir
la apertura de las urnas de votación, por lo que toda su estrategia del fraude
se hubiera desintegrado.
“Genialidades” malignas para concretar fraude deben ser
controladas, la única manera de hacerlo en estos casos es controlar la
migración de votantes y castigan a quienes lo inciten, y por otro lado hacer
desaparecer el voto impugnado pues un voto o es válido o es nulo. Por otro
lado, cuando el acta generada en el escrutinio preliminar tiene anomalías, debe
permitirse en el recuento definitivo su apertura para poder, de una manera
definitiva, conocer la voluntad de electorado.
Queda aún tratar fraudes como la compra de líderes partidarios
o pactos con grupos delincuenciales capaces de obligar a los votantes a votar
por quienes ellos quieren o interferir con la llegada de los votantes a las
urnas, una manera de extorsión, situación muy evidente en el triunfo del fmln
en las elecciones 2009 y 2014.
También existe el chantaje al empleado público para que vote
por el partido gobernante a cambio de continuar teniendo trabajo, otra
extorsión o chantaje.
Como nueva estrategia de fraude también existe el Agotamiento
de Mesa que se puede utilizar en el escrutinio preliminar y en el definitivo.
Esto surge cuando hay constante coerción a los miembros de una Junta Receptora
de Votos o mesa de escrutinio, cuando hay maltrato y amenazas verbales, demoras
en el procedimiento de apertura y finalización de la votación, cuando se
extiende el conteo de votos haciéndolo de manera lenta para que con el paso de
las horas los miembros empiecen a sufrir agotamiento físico y mental con lo que
dejan de defender vehementemente el voto. También es indicio de intento de
nueva forma de fraude darles a las personas que defienden el voto bebidas y
alimentos en mal estado con lo que se genera abandono por motivos de salud.
Como podemos ver, todas estas formas, y otras, han sido
utilizadas por el fmln y GANA con el objeto de cambiar lo que la población
dicta en las urnas. Dicho claramente, todas estas formas de fraude han sido
utilizadas.
Es necesario por tanto controlar estas situaciones, no se
trata de defender un partido político en particular, ni ninguna ideología, se
trata de defender la voluntad que cada uno de los votantes ha expresado en las
urnas, que es uno de los pilares fundamentales de la democracia representativa.
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