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Mostrando entradas de 2016

¿Qué tanto hemos cavado?

A mucha gente no le gusta la serie animada Los Simpson, a mí si, dejan alguna enseñanza, por ejemplo, un capítulo llamado Homero Detective es brillante. Es el caso que un número de robos son cometidos en Springfield por "El Gato". Incluso los Simpsons y los Flanders, son robados. Se pierde el saxofón de Lisa, el collar de perlas de Marge, la TV portátil de Bart y, también su colección de estampas. Para protegese, Homero Simpson arma su propio grupo de "policías", conformado por él mismo, Moe, Barney, Apu, Skinner y, después, Jimbo. El grupo, más que protector, es criminal, ya que golpean a un saxofonista pensando que tenía el saxofón de Lisa, destruyen una tienda y le permiten a Jimbo pintar una pared con aerosoles y golpear a otros con sacos llenos de perillas. En una entrevista, Homero es acusado de los crímenes que comete su grupo, y en ese momento el "Gato" llama al programa para informar que robará el museo de Springfield, en donde está el ...

La pesadilla kafkiana

Un día cualquiera, una persona cualquiera se vio convertida en un monstruo, gracias a buenas personas en las redes sociales. En el Salvador estamos viviendo una pesadilla kafkiana, convertimos a personas en gigantescos monstruos únicamente por que alguien astutamente coloca en las redes sociales mentiras completas y medias verdades. Dijo Edmund Burke, que la única cosa necesaria para hacer que triunfe el mal es que la gente buena no haga nada, pero a veces, la gente buena, cuando cree en cualquier cosa solo por que se escucha bonito, permite que se siembren dudas sin fundamento, y así se destruye la imagen de otras personas. Esto es injusto. Si hay acusaciones contra una persona se debe actuar con las pruebas en la mano, pero si se trata de una batalla para esconder las fallas de otros o si es de índole ideológica, se está cayendo en la falacia ad hominen,  y escondemos otras fallas más graves o fortalecemos una ideología que no puede esconder sus errores simplemente convirtiend...

Los que arruinan la política involuntariamente.

  Es necesario discernir entre ideas reales e ideas populares, los políticos maduran cuando comienzan a trabajar con ideas reales, sean estas populares o no. Un político crece cuando deja de actuar en función de creencias generalizadas y comienza a pensar en lo que se debe hacer. Lo inexpertos, que son lo que se creen más expertos, son los que se olvidan de las ideas y trabajan en principio de creencias populares. Es muy cómodo reducir las ideas a expresiones y frases de fácil comprensión para los demás. La gente entiende más fácilmente una lógica superficial que simplemente suena bien y que nos hacen sentir importantes y populares. El verdadero mundo de las ideas no funciona así, y no entenderlo puede generar graves consecuencias para las personas y para los Estados. Un ejemplo es el marxismo. Desde la segunda mitad del siglo XIX muy pocas personas han leído El Capital, y menos personas aún han de haber entendido algo, pero, aun así, el marxismo ha logrado millones de adeptos...