La estabilidad de un movimiento político guarda relación directa con su organización, actividad, beligerancia de las fuerzas opositoras, mantenimiento de la lealtad política, formas de acceso al poder e institucionalización del mismo. Por las razones anteriores, hay muchos movimientos políticos que desaparecen antes de obtener su finalidad y tienen una duración oscilante que va desde el corto hasta el mediano y largo plazo.
Como el objetivo es el acceso al poder, una vez logrado esto surge el inicio de su descomposición, tanto por la fuerza de las circunstancias, el desarrollo de la conflictividad al interior del mismo y por la contradicción entre el interés particular y el interés general. Un movimiento político comienza a desvanecerse al obtener su finalidad (el poder político) y a deteriorarse al alcanzar su razón de ser (mantener, transformar o destruir al Estado).
Cuando un movimiento político logra el poder, comienza a imponer (y la gente lo acepta, entusiasmada o resignada) su visión particular como visión general de la sociedad, y mientras no cobren fuerza las visiones opositoras, las particularidades del movimiento se van disolviendo en la generalidad, a menos que traten de conservarse, por la vía del fanatismo, el consenso, la manipulación o, en último caso, por la fuerza del autoritarismo o del totalitarismo.
Es por eso que la institucionalización es el peligro y el desafío mayor que puede afrontar un movimiento político, ya sea que se produzca durante el proceso o una vez que ha alcanzado su finalidad. Es la forma en que el movimiento se funde en el funcionamiento burocrático, que se inserta en las instancias oficiales de formulación de políticas, como se integra en el proceso de toma de decisiones y como se enclava en el núcleo del poder político.
Este proceso tiene que ver con las fortalezas y debilidades del eje ideológico que unen al movimiento. La situación se complica por la dificultad de separar el interés personal de los integrantes, con los intereses, objetivos y aspiraciones del movimiento en su proceso de desarrollo y, si se quiere ir más allá, con los intereses generales y específicos del proceso de construcción democrática.
El desafío final de un movimiento político que ha alcanzado su objetivo, no es el cambio de su condición de oposición, sino intentar impedir que la conflictividad resultante de la oposición de intereses y aspiraciones, que se convierten en confrontación o lucha interna, dejando de lado los mecanismos de resolución pacífica de las diferencias. En otras palabras, una vez alcanzado el poder los miembros del movimiento comienzan los movimientos que les favorezcan personalmente, como ejemplo, ministerios, y esta competencia interna es la que lo lleva a su destrucción.
En la otra cara de la moneda, el paso de cualquier grupo de gobierno a oposición debe ser el paso de gobernar a señalar lo que está mal y formular lo que puede ser una solución, pero no es fácil para los diversos actores, y menos a los acostumbrados a concentrarse en los cuestionamientos y las denuncias pero con poca capacidad de formulación, proposición e incidencia.
Mantener un Movimiento Político es difícil para los que se insertaron en las reglas del juego democrático y en el marco del Estado de Derecho, pero también es difícil para los que se acostumbraron a plantear la destrucción del Estado capitalista, debido a que dentro de la institucionalización, del gobierno, lo que se les exige son propuestas de Estado más adecuado para las exigencias del proceso democrático.
En conclusión, la alianza de Mauricio Funes, FMLN y el Movimiento Amigos de Mauricio fue exclusivamente con fines electorales. Una vez alcanzado el poder, el movimiento comenzó a desarticularse por la repartición de puestos gubernamentales por un lado y por las aspiraciones personales de algunos de sus miembros. Por su parte, el FMLN, partido político anti sistema y que ha planteado desde su surgimiento como movimiento y luego como partido político, la destrucción del Estado capitalista, por lo que no ha podido dar respuesta para cumplir con las exigencias del proceso democrático.
Al quedar el Presidente Funes sin apoyo político se debilita, entonces otros partidos buscarán brindárselo, pero a un costo muy caro. La respuesta del Presidente es la formación de un nuevo Movimiento, Los Amigos del Cambio, pero con un objetivo diferente al de los movimientos políticos, fortalecerse para poder negociar con los demás partidos.
La función de un movimiento no es la de mantener el Poder, es alcanzarlo, y si lograr este objetivo es el germen de su destrucción, ¿Cuál es el futuro de este nuevo movimiento y cuál es el futuro del Gobierno del Presidente Mauricio Funes?
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