Referirnos a ideologías es referirnos a concepciones de la realidad y de como enfrentarla estableciendo principios que permitan construir objetivos y plantear los medios para alcanzarlos.
Puede entenderse como derecha a quienes creen y trabajan con los principios expresados como un sistema y una idea que edifica una sociedad regida por el poder político emanado de una profunda democracia representativa, considerando a la sociedad al servicio de la persona humana, que es el centro del crecimiento económico y del desarrollo. Es por eso que la derecha se replantea y se reinventa permanentemente, nunca es vieja, la derecha siempre es nueva.
Pero los principios fundamentales siempre deben ser los mismos, de lo contrario, deja de ser ideología y se convierte en moda, o cualquier cosa.
Lo primero, la derecha cree en Dios, en un Ser Superior.
En lo cultural, como idea, la derecha tiene como centro al ser humano, quien es el responsable de su propio desarrollo, y en lo filosófico, se fundamenta en los principios de un individualismo solidario.
En los político, el fundamento de la derecha es la Democracia Representativa en un Estado de Derecho, y considera que la principal función del Estado es la de brindar una seguridad nacional moderna, y es aquí donde se reinventa ante las circunstancias, haciendo uso de las herramientas que brinda la democracia y el republicanismo, y la herramienta fundamental es la de crear un ámbito en la cual pueda desarrollarse el desarrollo humano y humano.
Políticamente, la derecha es fundamentalmente democrática, pues esta permite la soberanía de las mayorías, sin detrimento de los derechos de las minorías.
En lo social, la derecha acepta los principios de solidaridad y la necesidad de ir más allá de la creación de oportunidades, se debe asegurar que se puedan aprovechar las oportunidades. La derecha confía en la capacidad de la gente.
En lo referente a la familia, se reconoce que es el fundamento de la sociedad, es el lugar donde las personas aprenden los principios y valores que le regirán toda la vida. No puede ser sustituida ni por el Estado ni por la Escuela. La derecha reconoce a la persona desde el momento de su concepción y la reconoce con derechos.
La educación es reconocida por la derecha como la herramienta para que las personas logren desarrollar sus habilidades y aprovechar las oportunidades que la sociedad le brinda, de tal manera que oportunidades y educación se convierten en un binomio inseparable. La salud por su parte, es reconocida como la primera riqueza que las personas poseen. Al desarrollar un sistema de salud eficiente y eficaz, al alcance de la población, se está permitiendo que la misma tenga la capacidad y la fuerza de desarrollar sus capacidades plenamente.
En lo económico, la derecha cree en los principios de una economía de mercado, una economía que se base en la propiedad privada y la libre empresa, instrumentos reales para alcanzar el desarrollo humano. La derecha cree que la medición del éxito del gobierno no debe ser fundamentada en cuanta ayuda se le puede dar a los desposeídos, sino en cuantos pobres han dejado de ser pobres y cuantos han logrado alcanzar la riqueza, o al menos lo suficiente para resolver sus problemas de vida. Lo contrario a pobreza no es caridad, es riqueza. Se deben desarrollar políticas sociales con la aspiración que algún día dejen de ser tan necesarias porque la población pueda alcanzar sus objetivos con su propio esfuerzo. Esto es solidaridad, no caridad, pues esta deja al pobre, pobre, la solidaridad lo saca de la pobreza. Es aquí donde no cabe la demagogia.
La derecha reconoce la importancia y la necesidad de fomentar la participación del capital privado en los medios de producción, así como el derecho de los que producen riqueza con su trabajo. Para la derecha, el Estado no debe ser más que un mediador entre la empresa y el trabajador con el objetivo que ambos ganen.
En lo territorial, la derecha busca un desarrollo armónico de todo el territorio, según los beneficios de cada región, siempre considerando la protección del medio ambiente.
En lo internacional la derecha trabaja con el fundamento de una mutua colaboración y apoyo entre las naciones, en nuestro caso también en la aspiración de una integración de Centroamérica, otra herramienta para el desarrollo económico social de los pueblos.
En lo cívico militar, la derecha reconoce a la Fuerza Armada como la reserva moral de la sociedad. Además se considera que la sociedad debe ser desmilitarizada y que la Fuerza Armada debe ser apartidista políticamente.
Sobre la libertad y los derechos humanos, la derecha sabe que para que una nación logre su desarrollo, sus habitantes deben vivir en un ambiente de libertad y respeto, por lo que se acatan irrestrictamente tanto la libertad como los derechos humanos, pero se debe impedir que estas libertades de la democracia, sean utilizadas contra ella misma.
Particular importancia tiene para la derecha la libertad de pensamiento, expresión y prensa, pues es la mejor manera posible de intercambiar ideas, creencias y opiniones, semillas de la verdadera democracia al abrir la posibilidad sensata de que la población participe en los asuntos públicos. Esto es lo que hace siempre nueva a la derecha.
En referencia a la política fiscal, la derecha no cree en que las obligaciones y gastos del gobierno daban ser sacados del sustento de la gente, las tubutaciones impositivas no deben ser convertidas en una extorsión despiadada. Además, la derecha considera que el tamaño del presupuesto no es una medición para evaluar la conciencia social o el interés caritativo del Estado.
Finalmente, la derecha considera al nacionalismo como el amor por la nación, no como una idea para apoyar causas injustas, antidemocráticas o fomentar el aislamiento.
De una forma muy simplificada se ha descrito la derecha, una derecha que siempre es nueva, fundamentada en principios tan fuertes y favorables para los pueblos, una derecha que es capaz de una permanente reinvención, entonces, ¿para qué una nueva derecha?
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